martes, 29 de mayo de 2018

La colmena siempre es perfecta


Dice Zanganito que "las colmenas son como la nubes, son siempre perfectas, nunca hay ninguna nube deformada, siempre son tal como tienen que ser."

Si te detienes a observar la colmena, puede parecerte  en principio que no hay orden alguno, que las abejas andan cada una a su aire, unas por aquí, otras por allá, como dando vueltas sin sentido, sin embargo una mirada mas atenta verá que todo es orden y organización, cada una esta realizando su trabajo correctamente, ya sea limpiando, alimentado las crías, produciendo cera, recolectando polen, néctar, etc.

Pero si de repente es necesario por ejemplo bajar la temperatura de la colmena, aunque parezca que aumenta el desorden, en realidad todo se está reorganizando para solucionar el problema, algunas abejas acarrearán agua, otras ventilarán, pero todo con el fin de volver a la normalidad.

La colmena busca el bien de todos sus miembros y así es siempre perfecta.

Las abejas al aceptar la colmena, aceptan todo lo que contiene y todo  lo que la rodea y así es como se aceptan así mismas. Se dejan llevar por lo que las mantiene vivas (la colmena), haciendo siempre lo que tienen que hacer.

Las abejas nunca dicen esto es bueno, esto es malo, esto tenía que ser de esta manera o de esta otra, no tienen que resolver ningún problema, la vida para ellas ya no es un dilema dentro de la colmena,

Su vida se convierte en un misterio que vivir, un vivir para gozar, una danza para bailar, y así simplemente disfrutar.

Todo encaja en esta vida, todo tiene su razón.
Nada falta, nada sobra, todo viene y se va.
Todo tiene su motivo, todo tiene su porqué.
Todo es perfecto y no hay nada que cambiar,
Solo hay que entregarse a la vida, aprendiendo a disfrutar.
Todo es parte de un juego, aprendamos a jugar.
Agradece lo que tienes, es una oportunidad.
Todo es un mágico encuentro que te llevará al final.

Cuando sueltes lo que tengas, incluida tu identidad,

Cuando no tengas nada a que agarrarte, nada que justificar.
Cuando ya no busques fuera lo que no puedes encontrar.
Descansarás en ti, descansarás en tu hogar.
Entonces todo lo que tenga que salir, saldrá.
Todo lo que tenga que llegar, llegará.
Déjate llevar, déjate  fundirte, deja de luchar.
Todo está perfecto, todo en su lugar.

El secreto de la colmena


El secreto de la colmena es que ningún “yo” reside en ella.

El yo es una cadena que te aprisiona en un cuerpo y ve otros cuerpos diferentes, dispuestos tanto a hacerte bien como a hacerte mal.

El yo es  una cosa que ve otras cosas, compitiendo y acumulando en un mundo separado y egoísta.
El yo ve un mundo en el que todo parece morir, y que te empequeñece en una insignificante individualidad.

La abeja ha dejado de ser un yo mirando otros yo, para ser un Yo compartido.

Ha abandonado la visión de sus ojos, para ver con la visión del Corazón.
Ha abandonado la esclavitud a un cuerpo por la libertad de su Ser.
Ha dejado la individualidad para ser la Totalidad.
La abeja sabe que la colmena es un abrazo compartido, que la igualdad no es mediocridad, que el amor no es individualidad, que el  miedo separa y compite y que la paz surge de la cooperación.

Este sacrifico del yo personal por el yo compartido dice Zanganito que:

Es un disfrute de cooperación en el universo de la colmena.
Es una música, un baile de unión en un latido compartido.
Es un saber aunado que proviene del existir dentro del abrazo,
Es un beneficio mutuo para todos que no quita a nadie.

Esta forma de actuar a partir de una identidad compartida, cumple un propósito, y forma un maravilloso mundo, donde sigue existiendo una individualidad singular pero no separada, una individualidad libre y no esclava.


Al eliminar lo personal se accede a lo universal.

Al acceder a lo universal no se desea lo personal.
La abeja es una con la colmena de la que forma parte.
Tu vida es una con la totalidad de la existencia.

"Nada existiría sin ti. Nada existe que no seas tu."


jueves, 17 de mayo de 2018

La abeja y la colmena

Yo estoy en ti - dijo la colmena a la abeja
Si ya lo sé - respondió ella
Si lo sabes, porque nunca has dejado la colmena, pero cuando vayas lejos a buscar alimento yo seguiré contigo.
No te olvidaré, siempre recordaré que estoy contigo - contestó la abeja.
Y cuando decidas morir volverás a estar conmigo.
¿Cómo puede ser eso posible? - preguntó la abeja.
Cuando mueras, tu agua  se evaporará y se convertirá en aire y el resto de tu cuerpo se convertirá en polvo.  Y cuando inspire, inspirare ese aire y ese polvo y volverás a mi, y cuando espire te convertirás en huevo, larva, ninfa y otra vez abeja y así estaremos siempre unidas por toda la eternidad.

Y la abeja se quedó en silencio, un silencio lleno de paz y felicidad, un silencio lleno de amor y seguridad.

La abeja nunca olvida lo que es, y así vive en unión con su fuente.
El hombre se olvidó de lo que es, y así vive separado en su orgullo.
Solo tiene que volver a recordar, para poder sentir paz y felicidad.

La colmena símbolo de la vida


Zanganito dice que la colmena simboliza la Vida.
La abeja representa el alma humana, la colmena el lugar donde las almas regresan tras la muerte.
La colmena  para la abeja es su verdadera razón de existir, su principio y su fin, es el lugar al que necesita regresar y sin el cual ella no es nada, todo el sentido de su existencia, de su trabajo, es para el bien de la colmena.
Así el alma humana nace a la vida para experienciar aquellas cosas que su espíritu desea conocer por propia experiencia y aunque parezca separada y sola, sigue unida a su Espíritu, a su Ser, al que volverá a conocer cuando la llegue la muerte.
Lo que para la abeja es un día, para el alma es una vida. La abeja está al servicio de la colmena y esa es su razón de existir. El alma está al servicio de su Ser y esa es la razón de vivir.
La abeja se siente unida a su Colmena, a todas sus compañeras y la vida misma, sabe lo que tiene que hacer en cada momento y lo que la colmena necesita, y sabe que el bien de la colmena es el suyo propio, por eso disfruta, es feliz con todo lo que hace y la colmena la recompensa dándola toda su protección y todo lo que necesita.
El alma humana cuando se cree separada de su Ser, de la vida y de las demás cosas que la rodean, entonces ni disfruta ni es feliz, todo se convierte en un problema. Pero cuando se deja llevar por la vida y donde esta le lleva, cuando se deja llevar por sus verdaderos sentimientos. Entonces, es cuando todo empieza a cambiar y empieza a disfrutar con todo lo que hace y hace lo que tiene que hacer para su bien, para bien de su espíritu y para el bien de toda la vida.
La miel es el fruto de la colmena,
el amor el fruto de la vida.
La abeja es parte de la colmena,
el alma es parte de la eternidad.
La miel es amor,
la colmena eternidad.

El poder del pensamiento


En su preámbulo, la Constitución de la UNESCO proclama: ‘puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz’.

Sabemos  que cada pensamiento es la semilla de una posible realidad.

"Una vez que reemplaces los pensamientos negativos por positivos, comenzarás a obtener los resultados positivos." (Willie Nelson)

Los pensamientos son señales electromagnéticas y nosotros somos como antenas que las emiten y reciben. 

Cada uno de nuestros pensamientos influyen sobre los demás, así tambien de los demás nos puedan afectar, puesto que podemos sintonizar con ellos (consciente o inconscientemente).

Lo  que pensamos y decimos van tejiendo nuestro día a día. Cuando lo vemos materializado podemos arrepentirnos, así es que mejor estar atentos a lo que pensamos.puesto afecta nuestra realidad.

El pensamiento es causa y el mundo consecuencia.

Solemos decir “es solo un pensamiento” y no cuidamos donde enfocamos nuestra atención. 

No hay pensamiento que no sea importante, todos crean.

Somos lo que pensamos.

Lo que te hace feliz o desdichado no es el mundo ni las personas que te rodean, sino los pensamientos que albergas en tu mente”. (Anthony de M.)




sábado, 12 de mayo de 2018

Detener el mundo

En el vértigo de la vida, hay que encontrar un instante para detener el mundo.

La contemplación de la lentitud del caracol, el vuelo de un pájaro o una gota de rocío al borde de una hoja bastan para abrir la mirada, serenarnos, ofrecernos una brizna de alegría, un retazo de universo.

Mas tarde, es necesario recrear ese instante, ser el caracol, el pájaro y la gota de rocío, ser la serenidad y la propia mirada que observa. 


Anónimo