Yo estoy en ti - dijo la colmena a la abeja
Si ya lo sé - respondió ella
Si lo sabes, porque nunca has dejado la colmena, pero cuando vayas lejos a buscar alimento yo seguiré contigo.
No te olvidaré, siempre recordaré que estoy contigo - contestó la abeja.
Y cuando decidas morir volverás a estar conmigo.
¿Cómo puede ser eso posible? - preguntó la abeja.
Cuando mueras, tu agua se evaporará y se convertirá en aire y el resto de tu cuerpo se convertirá en polvo. Y cuando inspire, inspirare ese aire y ese polvo y volverás a mi, y cuando espire te convertirás en huevo, larva, ninfa y otra vez abeja y así estaremos siempre unidas por toda la eternidad.
Y la abeja se quedó en silencio, un silencio lleno de paz y felicidad, un silencio lleno de amor y seguridad.
La abeja nunca olvida lo que es, y así vive en unión con su fuente.
El hombre se olvidó de lo que es, y así vive separado en su orgullo.
Solo tiene que volver a recordar, para poder sentir paz y felicidad.
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